Hoy voy a hablar sobre la influencia del hombre en el agujero en la capa de ozono. Pero para ello antes necesito hacer una pequeña introducción.
Se denomina capa de ozono, u ozonosfera, a la zona de la estratosfera terrestre que contiene una concentración relativamente alta de ozono. Esta capa, que se extiende aproximadamente de los 15 km a los 40 km de altitud, reúne el 90% del ozono presente en la atmósfera y absorbe del 97% al 99% de la radiación ultravioleta de alta frecuencia. Sin esta capa protectora las radiaciones ultravioletas procedentes del espacio imposibilitaría la vida en la Tierra.
Esta capa de ozono no tiene el mismo grosor sobre toda la superficie terrestre, hay zonas con más cantidad de ozono que otras. Se considera que hay “agujero” en al capa de ozono cuando la cantidad de éste no supera las 200 unidades Dobson.
En las imágenes de la Antártida los colores azulados indican un menor grosor de la capa de ozono y los marillentos un mayor grosor.
Una vez hecha la introducción ya puedo seguir con la historia, que nos lleva a principios del siglo XX cuando comienzo el uso de los CFC de forma muy variada: como refrigerante, aerosoles, extintor de incendios, disolvente, desengrasante, etc. Se usaban para tantas cosas porque eran totalmente inocuos para los humanos. No reaccionan con ningún compuesto natural ni en nuestro cuerpo ni en la troposfera. Por ello tienen una larga vida y se acumulan en el aire. La propiedad fundamental de estos compuestos que no se tuvo en cuenta en un principio es que reaccionan con la radiación ultravioleta que emite el Sol y destruye el ozono.
Una vez hecha la introducción ya puedo seguir con la historia, que nos lleva a principios del siglo XX cuando comienzo el uso de los CFC de forma muy variada: como refrigerante, aerosoles, extintor de incendios, disolvente, desengrasante, etc. Se usaban para tantas cosas porque eran totalmente inocuos para los humanos. No reaccionan con ningún compuesto natural ni en nuestro cuerpo ni en la troposfera. Por ello tienen una larga vida y se acumulan en el aire. La propiedad fundamental de estos compuestos que no se tuvo en cuenta en un principio es que reaccionan con la radiación ultravioleta que emite el Sol y destruye el ozono.
El mecanismo a través del cual los CFC atacan la capa de ozono es una reacción fotoquímica: al incidir la luz sobre la molécula de CFC, se libera un átomo de cloro con un electrón libre, denominado radical cloro, muy reactivo y con gran afinidad por el ozono, que rompe la molécula de este último. La reacción es catalítica; se estima que un solo átomo de cloro destruye hasta 30.000 moléculas de ozono. El CFC permanece durante más de cien años en las capas altas de la atmósfera, donde se encuentra el ozono. Por añadidura, la eficacia de la destrucción del ozono aumenta si están presentes nubes estratosféricas. Esto sucede sólo en el frío de la noche polar, cuando las temperaturas descienden a menos de 200 K y, en el Antártico, a 180 K o menos. En la primavera antártica, fundamentalmente en octubre y noviembre, se han registrado cantidades de ozono notablemente reducidas y menguantes desde 1975. Este fenómeno se conoce el agujero de ozono. Cuando el sol regresa, la pérdida se recupera rápidamente.
En 1987 se firmó un acuerdo internacional, el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias destructoras de la capa de ozono, para controlar la producción y el consumo de sustancias que destruyen el ozono.
Gracias a estas medidas, el agujero de la capa de ozono se ha estabilizado y se prevé que en los próximos años se vaya cerrando.
Fuentes:
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Obviamente todo el mundo sabe que ese agujero se debe el sol interno de la tierra y no al CFC xD
ResponderEliminarpwn
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